Las Malformaciones Congénitas Uterinas (CUD) son, por lo general, asintomáticas, benignas y de diagnóstico incidental. Con el propósito de describir los diferentes tipos de CUD, es necesario entender su desarrollo embrionario, enfatizando al mismo tiempo la importancia de los conductos paramesonéfricos, estructuras que posteriormente en el desarrollo darán lugar a las tubas uterinas y al conducto útero-vaginal. Los objetivos del presente estudio fueron analizar aspectos básicos del desarrollo normal y patológico del tracto genital femenino durante el desarrollo embrionario/fetal, correlacionándolos con la evaluación histológica, y relacionar tales aspectos con posibles futuras patologías uterinas que las niñas podrían llegar a experimentar desde el inicio de la pubertad. Se estudió un feto humano de aproximadamente 8 semanas de gestación. También se utilizaron como modelo animal 4 fetos de ratón de 15 días post coito, de los cuales 2 correspondieron a individuos hembras y 2 a individuos machos. Las muestras se fijaron en Formalina al 10% y posteriormente fueron procesadas mediante técnica histológica de rutina y tinción con el colorante Hematoxilina- Eosina. La mayoría de las malformaciones paramesonéfricas afectan principalmente al útero, y se caracterizan por la manifestación de déficits, ya sea en el desarrollo, la fusión o la canalización de los conductos paramesonéfricos. Diversos mecanismos de desarrollo, tales como la proliferación celular, apoptosis y las transformaciones epitelio-mesenquimáticas, son fundamentales para el normal desarrollo de las tubas uterinas y del útero. Las malformaciones paramesonéfricas se manifiestan generalmente durante la adolescencia, y se suelen presentar acompañadas de síntomas entre los que cabe mencionar el dolor pélvico y la amenorrea primaria.
